Antes de empezar tengo que decir que estoy…
…¡Súper ilusionada!
Hoy me estreno en mallorcadiariovip.com como colaboradora del digital con este artículo.
Cada semana aconsejaré a sus lectores sobre vida sana y gastronomía saludable a través de mi sección ‘El Rincón de Nana by Virginia Quetglas’. Descubriré curiosidades, ideas, consejos, etc. acompañados de una receta de las que elaboro en casa.
Y aquí tenéis el primer artículo.
Helados, ¿pequeños placeres saludables o alimentos dañinos?
VIRGINIA QUETGLAS.- Estamos en pleno mes de Agosto y seguro que este año ya llevas incontables granizados, helados, polos, tarrinas, etc. Seguro que los tomas incluso cuando no hace calor puesto que son alimentos muy placenteros. Pero, ¿eres consciente de lo que consumes?.
Los consumimos todo el año pero llega el calurosísimo mes de Agosto y no podemos vivir sin ellos. Los tomamos pensando que son inofensivos pero si lo analizamos juntos, quizá cambies de opinión. Porque, ¿qué contiene un helado, y cómo afecta a nuestro organismo?
Como peculiaridad te contaré que el aire es uno de los componentes esenciales del helado. Los helados que comúnmente se comercializan suelen estar compuestos por entre un 40 y un 60% de aire para conferirles una textura cremosa. Aunque esto no es sólo es algo muy curioso y desconocido pero no nocivo, en principio.
¿Qué es lo realmente peligroso?
Lácteos y derivados.
Paradójicamente, un problema muy relacionado con los lácteos es la osteoporosis.
Aportan grandes cantidades de grasa y colesterol que pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares crónicas, entre otras. En el caso de los desnatados parece que acarrean otros riesgos de salud como el cáncer de ovario o próstata.
La diabetes dependiente de insulina también está asociada al consumo de lácteos.
La intolerancia a la lactosa es común y sus síntomas, son molestias gastrointestinales, diarrea y flatulencia.
Al utilizar hormonas para aumentar la producción de leche las vacas suelen padecer mastitis que requiere de antibióticos. Se han encontrado restos de hormonas y antibióticos en los lácteos y sus derivados que parece que afectan al crecimiento entre otras patologías.
Las proteínas, el azúcar de la leche, y la grasa saturada que contienen los lácteos representan riesgos de salud para los más pequeños de la casa ya que les pueden conducir al desarrollo de enfermedades crónicas como obesidad y/o diabetes.
Azúcar.
- La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad advierte sobre su preocupante relación con la obesidad y el sobrepeso.
- Los efectos del consumo excesivo de azúcar ya se consideran a la altura de drogas como el tabaco o el alcohol, según los últimos estudios.
- El consumo excesivo de glucosa deteriora el colágeno, acelerando el envejecimiento de los tejidos.
- Para poder asimilarlo, el azúcar blanco roba al organismo vitaminas del grupo B y calcio entre otros nutrientes. Este proceso de desmineralización y sustracción de vitaminas disminuye la capacidad de absorción de nutrientes y hace que nuestro metabolismo sea más lento, lo que provoca fatiga, falta de energía, caída del cabello, problemas digestivos y hasta depresión.
- El consumo de azúcar está directamente relacionado con la caries dental.
- Y no olvidemos su efecto adictivo. Al tomar azúcar refinado éste entra de forma muy rápida en el torrente sanguíneo. El páncreas segrega mucha insulina para transportarlo. Al no poder almacenarlo, se convierte en reservas de grasa. Este proceso nos produce una hipoglucemia ante la que el cuerpo reacciona pidiendo más azúcar.
Y por supuesto y tristemente en los helados solemos encontrar más de un aditivo bastante peligroso para nuestra salud. Aquí tienes solo algunos de ellos.
- Carragenina. Provoca úlceras en el intestino grueso, pérdidas de sangre en la orina, retrasos en el crecimiento y puede provocar alergias y debilitar el sistema inmunitario.
- E-492. Puede producir diarreas.
- E150 a y E 150 d. Puede originar problemas intestinales.
- E-415 Tiene un efecto laxante y se desaconseja en el caso de niños recién nacidos y embarazadas.
Otros ingredientes a tener en cuenta en los helados son:
- Sulfitos. Provocan irritaciones en el tubo digestivo e inactivan la vitamina B.
- Jarabe de maltitol. Tiene efectos laxantes.
Hay muchos otros, un sinfín de colorantes artificiales, saborizantes y estabilizadores para realzar el aspecto y sabor del helado. Todos ellos de dudoso beneficio para nuestro organismo.
Y ahora que ya hemos analizado solo algunos de los ingredientes de los helados procesados que encontramos en supermercados y restaurantes, ¿qué te parece si en vez de rechazar el placer de saborear uno, te enseño cómo son los que comemos en casa? Sin leche, sin azúcar y sin aditivos.
Si eres amante de la salud, de los helados y del chocolate, prepárate para chupar la cuchara.
Receta
- 1 Plátano
- 1 cucharadita de harina de algarroba
- 1 cucharadita de ágave
- 1 pizquita de sal
- Agua
Mete todos los ingredientes excepto el agua en la batidora. Bate hasta que obtengas una masa marrón y añade agua poco a poco hasta que el helado tome la consistencia que más te gusta. ¡Y listo!
Si deseas hacer más de un helado solo tienes que multiplicar los ingredientes por el número de helados que desees hacer y seguir los mismos pasos.
Esta receta admite variaciones como sustituir el ágave por otro endulzante como el concentrado de manzana o el sirope de arce. Y puedes añadir toppings, como avellanas molidas, laminas de almendras, pasas…
Espero que disfrutes de este maravilloso helado y que me dejes tus comentarios para que pueda responderte. Nos vemos la semana que viene en una nueva entrega de alimentación sana de El Rincón de Nana by Virginia Quetglas.
Hola Virginia.
Dos recetas muy sencillas para tener helados.
1. Cortas un trozo de sandía, le clavas un palo de helado, o en su defecto un tenedor y lo introduces al congelador.
2. Coges unas uvas las lavas y las pones en el congelador.
Más natural no se puede.
Un abrazo.
¡Muy buenas ideas Eugenio! Muchas gracias por tu aportación. ¿Has probado a cogelar fresas maduras y triturarlas junto a un trozo de sandia con un chorrito de limón y otro chorrito de ágave? Uff, a mí, ¡me pirra! 😉