Queridas alumnas del Curso Hogar Consciente,
Hoy, deseo explorar un aspecto esencial de la espiritualidad: la autenticidad en nuestras acciones. Nos inspiramos en las palabras de Jesús, quien nos advirtió sobre la importancia de no realizar buenas obras simplemente para que otros las vean. Más bien, debemos realizarlas con un corazón sincero y desinteresado, guiadas por el deseo de servir a los demás y honrar a Jehová.
Ahora que todas tenéis una Biblia, sea en papel o la digital, podéis buscar el texto de Mateo 6:1-4, donde Jesús nos insta a no buscar el reconocimiento público por nuestras buenas acciones. En lugar de impresionar a los demás, debemos centrarnos en la verdadera esencia de nuestras acciones. Esto significa actuar no por egoísmo, sino desde un corazón generoso y compasivo, pensando en el bienestar de quienes nos rodean.
El Espíritu Santo, como se nos enseña en Génesis 1:2, es una fuerza activa que nos impulsa a manifestar las cualidades del fruto del espíritu en nuestras vidas. Esto va más allá de simplemente conocer lo que es correcto; se trata de aplicar estos principios en nuestras acciones diarias. Como nos recuerda en Santiago 2:26, la fe sin obras está vacía.
Entonces, ¿cómo podemos combinar la espiritualidad y la observación de la naturaleza en nuestra búsqueda de la autenticidad en nuestras acciones? Os propongo un ejercicio práctico para hacerlo:
Ejercicio de meditación activa en la naturaleza:
- Encontrar un lugar tranquilo en la naturaleza, donde podáis sentiros en paz y en armonía con vuestro entorno. Puede ser un bosque, un jardín, una playa o incluso un rincón verde de tu barriada.
- Cerrar los ojos y respirar profundamente, sintonizándoos con la energía de la naturaleza que os rodea.
- Abrir los ojos y observar detenidamente la belleza de la naturaleza. Hacerlo sin el afán de mostrarlo a los demás; más bien, disfrutar del momento.
- Reflexionar sobre cómo podéis aplicar las cualidades del fruto del espíritu, como el amor, la bondad, la paciencia y la apacibilidad, en vuestra vida diaria, basándoos en la armonía que observáis en la naturaleza.
- Tomar una foto, grabar un breve video o escribir unas líneas sobre vuestras reflexiones y experiencias durante esta meditación. No lo hagáis por reconocimiento, sino para compartir inspiración y apoyo con vuestras compañeras de curso. Y ¡compartirlo!
Os invito a cada una a compartir vuestro material, ya que nuestro viaje espiritual se enriquece al aprender y crecer juntas. Al finalizar la lectura de este artículo, os pido que dejéis vuestros comentarios, compartiendo cómo este ejercicio creéis que puede influir en vuestra perspectiva y en la práctica de la apacibilidad en vuestras vidas.
Sigamos cultivando una espiritualidad auténtica, donde nuestras acciones reflejen la belleza y la armonía que observamos en la naturaleza. Con gratitud y amor, avanzamos juntas en nuestro camino hacia la plenitud espiritual.
Con cariño y aprecio, deseo que la Salud completa, incluyendo la espiritual y emocional, ¡siempre os acompañe!
Con cariño,
Virginia Quetglas
Naturópata y Profesora del Curso “Hogar Consciente”
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Sobre las terapias naturales: Escuela de Cocina Sana CB advierte a todos los usuarios de la naturaleza no sanitaria de las terapias naturales y no convencionales; y el hecho de que los beneficios físicos y/o psíquicos que pueden derivarse de la utilización de las técnicas ofertadas no está garantizado.
Me gusta este ejercicio, porque hacer algo, sea lo que sea, es por ti y para ti y no por lo que te vayan a decir o hacer los demás.
Ojalá todo el mundo pensará como tú. Disfruta del ejercicio…
Me encantan estos post. Me transmiten mucha paz 🙂
La meditación es una gran herramienta de conexión
Espero que lo puedas aprovechar este fin de semana!
Que paz! A ver si lo consigo este finde.
Seguro que sí…
Mientras leía el artículo de hoy, la parte sobre el texto de Mateo 6:1-4, me ha recordado a la autenticidad de los niños y su pureza al realizar buenas obras sin pensar en el reconocimiento público. El ver, en mi caso en mis hijas, que no buscan reconocimiento o aprobación externa, sino que actúan desde un lugar genuino de empatía y compasión sin querer impresionar a los demás pero, sin quererlo, me impresionan cuando lo hacen. En un mundo influenciado por la búsqueda de validación externa, espero que ese hacer el bien sin esperar nada a cambio les dure mucho.
En referencia a la meditación, esta vez me toca apreciar la belleza y la serenidad que la naturaleza ofrece desde la ventana de mi habitación, como dices en la foto. Ahora aprovecharé un rato de soledad (mi madre ha salido con las peques) para aprovechar la calma del paisaje del campo mallorquín y la variedad de colores de un otoño veraniego que tanta calidez me transmite.
Gracias Virginia por la paz que transmites en este artículo tan necesaria para mi en este momento.
“¡ESTÁS comportándote como un niño!” Si alguien nos dijera eso a nosotros, siendo adultos, probablemente nos molestaría, pues los niños, por adorables que sean, no poseen la madurez ni la experiencia ni la sabiduría que suele adquirirse con la edad (Job 12:12).
Ahora bien, en una ocasión, Jesús dijo a sus discípulos: “Verdaderamente les digo: A menos que ustedes se vuelvan y lleguen a ser como niñitos, de ninguna manera entrarán en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). ¿Qué quiso decir Jesús? ¿Qué cualidades propias de los niños deberíamos imitar los adultos?
Examinemos las circunstancias que provocaron ese comentario de Jesús. Al llegar a Capernaum después de un largo viaje, él preguntó a sus discípulos: “¿Qué discutían en el camino?”. Estos, abochornados, se quedaron callados, pues habían discutido sobre cuál de ellos era el mayor, es decir, el más importante. Pero después se armaron de valor y preguntaron a Jesús: “¿Quién, realmente, es mayor en el reino de los cielos?” (Marcos 9:33, 34; Mateo 18:1).
Tal vez nos sorprenda que los discípulos discutieran sobre cuestiones de posición o rango después de haber estado casi tres años con Jesús. Pero hay que tener presente que aquellos hombres se habían criado en el judaísmo, religión que daba mucha importancia a esos asuntos. Es probable que sus raíces religiosas, aunadas a la imperfección humana, influyeran en su manera de pensar.
Jesús se sentó, llamó a los discípulos y dijo: “Si alguien quiere ser el primero, tiene que ser el último de todos y ministro de todos” (Marcos 9:35). Esas palabras seguramente los dejaron atónitos. El razonamiento de Jesús era totalmente contrario a los conceptos judíos sobre la grandeza. A continuación llamó a un niñito y, abrazándolo con ternura, recalcó la misma idea: “Verdaderamente les digo: A menos que ustedes se vuelvan y lleguen a ser como niñitos, de ninguna manera entrarán en el reino de los cielos. Por eso, cualquiera que se humille como este niñito, es el mayor en el reino de los cielos” (Mateo 18:3, 4).
¡Qué gran ejemplo de humildad! Imagínate la escena: un niñito rodeado de una serie de hombres adultos, de aspecto serio, que lo miran fijamente. ¡Qué inocente y confiado se le ve! No tiene malicia ni ningún sentimiento de rivalidad. Ahí está: sumiso, sin pretensiones. ¡De qué manera tan hermosa demuestra el pequeño la cualidad de la humildad!
La lección que Jesús enseñó es muy clara. Todos debemos cultivar la humildad de los niños si queremos heredar el Reino de Dios.
Te comparto esta información para que sigas disfrutando de meditar en ella, aunque sea desde la cama… Cuando no tenemos tiempo para parar a cuidar de la salud, la enfermedad nos para y así consigue que hagamos lo que no hemos encontrado forma de hacer por nosotros mismos… Sigue aprovechando estos momentos para que cuando estés recuperada no se te olviden… Un abrazo!
Gracias Virginia! Cuanta razón!
meditar no es nada facil,hace como 1 año incorpore a mi vida el maifucnes. Al principio me costo aceptar cosas de mi que no me gustaban no era nada facil estar en silencio contigo misma … La cabecita te boicotea constantemente con cosas que a veces ni suceden, pero nuestro cuerpo las vive como si ocurrieran …para mi fue una herramienta insprescindible en mi vida por que cada dia te ocurriran cosas buenas ,y no tan buenas. Meditar me hace estar presente y ponerle solucion a ese problema en vez de darle a la cabeza a todas horas sin buscar una solucion…me queda mucho camino que descubrir pero entre en el, que PARA MI ES UN BUEN COMIENZO
Meditar como concepto de poner la mente en blanco no solo es difícil sino que te diría que nocivo y casi imposible. Nuestra mente está diseñada para pensar. Meditar activamente, mediante una conversación interna en la que analizar y buscar respuestas desde la calma, no es tan difícil y es muy saludable. Espero que de esta forma te sea más agradable y lo disfrutes.
Muy bonito y interesante gracias! Y cuanto paz sentimos cuando paremos respiremos y miremos las cosas de Dios y meditemos en ello. Un abrazo a todas.
Otro para ti
Me encanta este tipo de meditaciones. Afortunadamente vivo en un lugar con muchos parques, árboles y lagos y disfruta muchísimo de ir a caminarlos, sentarme en un rincón que encuentre «mío», cerrar los ojos, sentir los olores, los sonidos, las texturas… Después abrir los ojos y reconocer la belleza del entorno, sentirme parte de ella y agradecer. Siempre me inspira para escribir algo en una libretita que llevo conmigo en esos paseos y me encanta releerlo para darme cuenta de la plenitud y paz que me dan esos momentos y no dejar de guardarme ese ratito para mí. Gracias por compartir
Disfruta mucho de esos momentos…