A menudo pensamos en la comida como algo que simplemente debe estar “bueno” o tener “pocas calorías”. Pero la verdad es que la comida es medicina, o veneno. Cada alimento que eliges tiene el poder de nutrir tu bienestar o alimentar tu enfermedad.
Detrás de cada bocado hay una conversación bioquímica entre lo que comes y tus células. Tu cuerpo está formado por millones de células que necesitan nutrientes, vitaminas y fitoquímicos para funcionar, regenerarse y mantenerse jóvenes. Por eso, cada comida es una oportunidad para activar tus genes de salud, longevidad y belleza o, por el contrario, para acelerar el envejecimiento y la inflamación.
🚗 Si cuidas tu coche… ¿por qué no tu cuerpo?
En consulta suelo poner este ejemplo: nos preocupamos de que nuestro coche esté limpio, con gasolina de calidad, que pase sus revisiones y tenga las mejores piezas.
¿Y tú? ¿Le das a tu cuerpo el “combustible” que necesita? ¿Lo mantienes limpio por dentro? ¿Lo revisas regularmente?
Si ignoras el poder de la alimentación, quizás no lo notes hoy, pero con los años tu cuerpo pasará factura. Una dieta de mala calidad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas y acortar tu esperanza de vida saludable. Tu alimentación debería ser el primer pilar de tu bienestar, no el último recurso cuando ya te sientes mal.
Recuerda las palabras de Newton:
“Toda acción provoca una reacción.”
Cada bocado provoca una reacción en tu organismo. Tú decides si esa reacción va hacia la salud y la longevidad o hacia la inflamación y el envejecimiento.
🌿 La herramienta más poderosa que tienes
Tu alimentación influye directamente en tu peso, tu masa muscular, tu energía, tu humor y tu edad biológica. Cuando comes mal, se acumula grasa visceral, una grasa peligrosa y muy inflamatoria que invade tus órganos, libera compuestos tóxicos, altera tus hormonas y acelera el envejecimiento. Esa grasa le dice a tu cerebro que coma más y te vuelve sorda y ciega a la insulina y la leptina, las hormonas que regulan el hambre.
Pero hay una buena noticia: puedes cambiar tu epigenética. Si lees a diario mi blog ya sabrás que puedes activar tus genes de longevidad y desactivar los del envejecimiento.
La muerte es inevitable, pero cómo vives depende de ti.
🍽️ Consejos prácticos para empezar hoy
- Elige embutidos de calidad o hazlos tú misma.
Si no tienes tiempo para preparar tu propio fiambre, busca opciones 100 % pechuga (pollo o pavo), sin azúcar, nitritos ni aditivos. - Cocina con las grasas adecuadas.
Los aceites de maíz, soja o girasol se oxidan con el calor.
Usa aceite de oliva virgen extra, ghee, coco o aguacate para cocinar. - Sustituye, no elimines.
No se trata de prohibir el pan o las harinas, sino de elegir mejor: masa madre, harinas integrales, centeno, espelta o trigo sarraceno. - Aprende a identificar el azúcar oculto.
En las etiquetas, todo lo que termine en -osa (fructosa, sacarosa, maltosa…) es azúcar.
Recuerda: 4 gramos de azúcar = 1 cucharilla.
Si un producto tiene 40 g de azúcar por cada 100 g, ¡casi la mitad es azúcar! - Incluye alimentos antiinflamatorios.
Añade miso, tofu, sopas, caldos y fermentos naturales a tu dieta. - Introduce flavonoides en tus comidas.
Sustituye el café por té verde, añade frutos rojos, brócoli, gazpacho o kefir de cabra a tus desayunos. - Elige cítricos todos los días.
Agua con limón al despertar, pomelo de postre o naranja, lima o limón en tus ensaladas: te rejuvenecerá y mejorará la absorción del hierro. - Aumenta tu consumo de fibra.
Come legumbres a diario (o al menos dos veces por semana), añade semillas, frutos secos y avena casera. - No olvides el magnesio.
Lo encontrarás en las legumbres, los frutos secos, las verduras de hoja verde y el cacao puro.
💡 En resumen
Come frutos rojos, cacao, tomate, gazpacho, legumbres, cítricos y muchas verduras de colores vivos. Evita los azúcares, las harinas refinadas y las grasas malas. Recuerda que cada decisión diaria construye tu salud futura.
Porque al final, no se trata de comer menos, sino de comer mejor. Cada plato puede ser una dosis de medicina natural, o una pequeña dosis de veneno. Tú eliges de qué lado de la historia quieres estar.
✨ Conclusión: tú alimentación tiene el poder de sanar, rejuvenecer y transformar tu vida. No se trata de seguir una dieta, sino de aprender a escuchar a tu cuerpo, elegir conscientemente y disfrutar del proceso. La comida es información: cada alimento que eliges le dice a tu cuerpo si quieres vivir enferma o saludable. Hoy puedes empezar a reescribir tu historia genética con cada bocado.
✨ Que el amor, la paz y la salud siempre te acompañen.
Virginia Quetglas
Diplomada en Naturopatía y creadora de la Escuela de Hábitos Saludables, Naturopatía y Cocina Consciente El Rincón de Nana
La información proporcionada en este blog tiene fines informativos y no sustituye el consejo profesional. Si tienes alguna condición médica o estás en tratamiento, consulta a tu médico antes de hacer cambios en tu dieta o estilo de vida.
