Querida lectora:
¡Qué alegría volver a conectar contigo después de un mes de merecido descanso! Estas vacaciones han sido un verdadero bálsamo para mi cuerpo y mi espíritu, y ahora regreso con las pilas bien recargadas, lista para seguir compartiendo contigo mi pasión por la cocina como el mejor botiquín de un hogar. Este rincón sigue siendo nuestro espacio de encuentro, donde las recetas, los consejos y la sabiduría ancestral se unen para mejorar nuestro bienestar y el de nuestras familias.
De ahora en adelante quiero retomar mi pasión por la cocina medicina y por ello en el blog cada mes me centraré en un alimento y sus poderes medicinales, así como curiosidades, remedios y por supuesto recetas que lo incluyan como ingrediente estrella. En este mes de septiembre, quiero hablarte de un invitado muy especial que, aunque pequeño en tamaño, es gigantesco en beneficios. Estoy segura de que lo conoces, quizás lo hayas usado en la cocina o tal vez lo hayas evitado por su fuerte olor. ¡Sí, estoy hablando del ajo! Pero, antes de que frunzas la nariz, déjame contarte por qué este humilde bulbo merece un lugar privilegiado en tu cocina y en tu botiquín natural.
El ajo, cuyo nombre botánico es Allium sativum, pertenece a la familia de las Aliáceas, y ha sido utilizado durante siglos tanto en la cocina como en la medicina tradicional. Sus propiedades curativas son tan diversas y poderosas que le han hecho ganar un merecido lugar entre los reyes de la medicina natural. ¿Sabías que su picante sabor y ese olor característico, que algunos encuentran demasiado fuerte, son precisamente los que revelan su potencia medicinal? Estos compuestos sulfurados, responsables de su inconfundible aroma, son también los que le confieren propiedades antibacterianas, antivirales, antifúngicas y antioxidantes.
En mi próximo taller, que se celebrará el sábado 21 de septiembre de 10:00 a 13:00 horas en El Rincón De Nana de Lloseta, dedicaremos tres horas a explorar el ajo en profundidad. Prepararemos juntas una receta muy sencilla pero muy poderosa, que podrás degustar al finalizar el taller, y también aprenderemos a elaborar remedios caseros que no pueden faltar en tu alacena y botiquín medicinal, como la miel de ajos y el vinagre de los cuatro ladrones. Este taller será una oportunidad única para reconectar con la sabiduría ancestral y aprender a usar el ajo de una manera que transformará tu salud y la de tu familia.
El ajo es mucho más que un simple condimento. Desde tiempos inmemoriales, ha sido valorado por sus usos terapéuticos, y no es para menos. Se utilizan principalmente sus bulbos, aunque también se emplean sus hojas y flores. Estas últimas a mi hija Arwen y a mí nos encantan, y por eso siempre andamos buscando algunas silvestres para comer directamente o añadir a nuestras ensaladas. Entre sus propiedades más destacadas se encuentran su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico, reducir la presión arterial, mejorar la salud cardiovascular y actuar como un potente desintoxicante natural. Particularmente, me gusta tomar comprimidos de ajo entérico que no irrita el sistema digestivo ni provoca mal aliento, para limpiar mi sangre de bacterias patógenas y parásitos, un par de veces al año. Pero de esto te hablaré la semana que viene.
Ahora quiero invitarte a un fascinante viaje a través del tiempo y las culturas, explorando la rica historia del ajo. Este pequeño bulbo, que es un ingrediente básico en muchas cocinas del mundo, ha tenido un impacto profundo en la salud, la medicina y las tradiciones de innumerables civilizaciones. Desde su uso en rituales antiguos hasta su papel en la medicina moderna, el ajo ha sido valorado y venerado de maneras que quizás no habrías imaginado nunca.
Los orígenes del ajo
El ajo es originario de Asia Central, donde comenzó su historia como una planta silvestre. A lo largo de milenios, fue domesticado y cultivado, extendiéndose por todo el mundo gracias a su adaptabilidad y su versatilidad tanto en la cocina como en la medicina. Las primeras referencias al ajo se remontan a más de 5,000 años, y su uso ha sido documentado en muchas de las civilizaciones más antiguas.
El ajo en el Antiguo Egipto
En el Antiguo Egipto, el ajo era altamente valorado, no solo como alimento, sino también por sus propiedades medicinales y su papel en rituales religiosos. Se cree que los egipcios lo utilizaban para dar fuerza y resistencia a los trabajadores que construían las pirámides. También se colocaban bulbos de ajo en las tumbas de los faraones, incluyendo la de Tutankamón, como símbolo de protección y para asegurar el bienestar en el más allá.
El ajo también era un ingrediente clave en muchas recetas medicinales del papiro de Ebers, uno de los tratados médicos más antiguos que se conocen. Era utilizado para tratar infecciones, problemas digestivos y parásitos, y se consideraba una cura para muchas enfermedades.
El ajo en la antigua Grecia y Roma
Los antiguos griegos y romanos también tenían una profunda reverencia por el ajo. En Grecia, el ajo era consumido por los atletas antes de los Juegos Olímpicos para aumentar su fuerza y resistencia. Hipócrates, el padre de la medicina, recomendaba el ajo para tratar numerosas dolencias, incluyendo enfermedades respiratorias y problemas digestivos.
En Roma, el ajo era parte de la dieta diaria de los soldados, quienes creían que les confería valor y protegía contra las enfermedades. Plinio el Viejo, un reconocido naturalista romano, documentó en su obra Naturalis Historia las muchas aplicaciones del ajo en la medicina y la vida cotidiana.
El ajo en la Edad Media
Durante la Edad Media, el ajo mantuvo su estatus como una planta curativa y protectora. En Europa, se utilizaba para prevenir la peste y otras enfermedades infecciosas, y hasta se creía que podía alejar a los espíritus malignos. El ajo también era un componente esencial en las pócimas y remedios de los curanderos.
Los caballeros cruzados llevaban ajo con ellos en sus expediciones, utilizándolo como protección contra infecciones y como alimento básico en sus largas travesías. Durante la misma época, en la medicina islámica, el ajo era ampliamente utilizado y recomendado por médicos como Avicena para tratar dolencias cardíacas y problemas digestivos.
El ajo en la Era Moderna
El ajo continuó siendo una parte integral de la medicina natural a lo largo de los siglos. En la Primera Guerra Mundial, los médicos utilizaban ajo como antiséptico para prevenir infecciones en las heridas de los soldados. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los antibióticos escaseaban, el ajo fue apodado «la penicilina rusa» por su uso como sustituto natural en el tratamiento de infecciones.
En la actualidad, la ciencia ha confirmado muchos de los beneficios del ajo que ya eran conocidos en la antigüedad. Estudios modernos han demostrado que el ajo, como te comentaba al principio, puede ayudar a reducir la presión arterial, mejorar la salud cardiovascular, fortalecer el sistema inmunológico y combatir infecciones.
El ajo en la actualidad
Hoy en día, el ajo sigue siendo un ingrediente fundamental en las cocinas de todo el mundo. Desde la salsa de ajo mediterránea hasta el ajo encurtido asiático, su sabor y propiedades lo hacen indispensable en una multitud de platos.
El ajo también ha encontrado un lugar en la medicina complementaria y alternativa. Se utiliza en suplementos en forma de comprimidos, extractos, perlas y aceites, precisamente por sus propiedades medicinales.
Un legado ancestral
El viaje del ajo a través de la historia es un testimonio de su valor y versatilidad. Este humilde bulbo ha acompañado a la humanidad durante miles de años, no solo como alimento, sino como un remedio natural para muchas dolencias. Conocer su historia nos permite apreciar aún más este ingrediente y su lugar en nuestra vida cotidiana. Ciertamente el Creador nos hizo un gran regalo con él. Un potente medicamento, económico y fácil de cultivar. Porque la medicina se encuentra a nuestro alcance en la naturaleza. Solo precisas adquirir el conocimiento y hacerte maestra de la paciencia y la observación.
Precauciones e interacciones
Aunque el ajo es un alimento medicina increíblemente beneficioso, es importante tener en cuenta algunas precauciones, especialmente si se consume en grandes cantidades o en forma de suplementos concentrados. El ajo puede actuar como un anticoagulante natural, por lo que si estás tomando Sintrom, medicamentos anticoagulantes, o antiagregantes plaquetarios, es recomendable que consultes con tu médico antes de incrementar significativamente tu consumo de ajo. Además, algunas personas pueden experimentar molestias gastrointestinales como ardor de estómago o hinchazón al consumir ajo crudo. Como siempre, escucha a tu cuerpo y ajusta tu consumo según lo que mejor te siente. Por último, ten en cuenta que el ajo puede interactuar también con otros medicamentos, así que es aconsejable consultar con un profesional de la salud si tienes alguna condición médica o estás bajo tratamiento.
Espero que hayas disfrutado este viaje histórico tanto como yo. Si te ha resultado interesante, ¡me encantaría saber qué opinas! Deja un comentario para compartir tus pensamientos y, si esta entrada te ha inspirado, no dudes en compartirla con otras mujeres que, como tú, buscan conocer más sobre los alimentos que consumimos. No olvides suscribirte en www.elrincondenana.es para recibir más recetas y consejos directamente en tu bandeja de e-mail.
Durante este mes de septiembre estaré compartiendo en el blog y en mi perfil de Instagram consejos prácticos sobre cómo incorporar el ajo en tu día a día de manera efectiva. Te mostraré trucos sencillos para aprovechar al máximo sus propiedades. También publicaré alguna receta especial para que puedas practicar en casa y experimentar con este maravilloso alimento medicina. ¡Así que no te lo pierdas y mantente conectada para estar al tanto de todas las novedades!
Y recuerda que mi próximo taller, se celebrará el sábado 21 de septiembre en El Rincón De Nana de Lloseta, donde elaboraremos recetas sencillas pero muy poderosas que no pueden faltar en tu hogar. Será una oportunidad única para volver a encontrarnos o conocernos, si aún no has venido a ninguno de mis encuentros, y disfrutar de una mañana de aprendizaje y buena compañía. Así que, querida lectora, no dudes en apuntarte y compartir esta invitación con otras mujeres que, como tú, buscan vivir de manera más consciente y saludable. Juntas podemos perpetuar este legado y asegurarnos de que la sabiduría de nuestros ancestros siga viva.
¡Que el amor, la paz, la salud y la felicidad siempre te acompañen!
Virginia Quetglas
Diplomada en Naturopatía y creadora de la escuela de cocina consciente El Rincón de Nana
Si estás interesada en acudir a alguno de mis talleres escríbeme un mensaje de texto o WhatsApp al 687 597 903 solicitando más información con tu nombre y tu disponibilidad horaria, y te llamaré para darte todos los detalles. ¡Gracias!
Las informaciones contenidas en esta web se publican únicamente con fines informativos y no pueden ser consideradas como recomendaciones médicas personalizadas. No debe seguirse ningún tratamiento basándose únicamente en el contenido de la misma, y por ello te recomiendo que para cualquier asunto relacionado con tu salud y bienestar, consultes con profesionales sanitarios debidamente acreditados ante las autoridades sanitarias. Sobre las terapias naturales; se advierte de la naturaleza no sanitaria de estas; y el hecho de que los beneficios físicos y/o psíquicos que pueden derivarse de la utilización de las técnicas ofertadas no está garantizado. Ninguna de las informaciones o productos mencionados están destinados a diagnosticar, tratar o curar ninguna enfermedad. Solo deseo asesorarte sobre cómo disfrutar de una vida más saludable. Estos artículos están pensados para personas mayores de edad y sanas. Por favor, ¡se responsable!
Gracias por profundizar aún más. Un abrazo
¡Querida Carolina!
Muchísimas gracias a ti por tomarte el tiempo de leer la entrada y dejar este mensaje tan bonito. Me hace muy feliz saber que has disfrutado de la información, ¡y esto es solo el comienzo! Durante todo el mes vamos a seguir profundizando aún más en este increíble alimento medicina que es el ajo. Cada semana compartiré más detalles, recetas y remedios que espero te sean de gran ayuda. Además, cada mes nos dedicaremos a un alimento diferente, explorando sus propiedades y cómo podemos aprovecharlos para nuestro bienestar.
Me haría muchísima ilusión que te unieras al taller de cocina medicina este mes, si puedes. Será una oportunidad maravillosa para disfrutar de una mañana juntas, aprender en buena compañía y reconectar con el poder de la cocina natural. ¡Me encantaría vernos allí! ✨
Un abrazo enorme y gracias de nuevo por tu apoyo.
Con cariño,
Virginia Quetglas
Hola Virginia 🙂
Me alegra muchísimo tenerte de vuelta
Qué interesante la historia del ajo!
Ese taller tiene una pinta tremenda
Te mando un abrazo enorme
¡Hola Cristina!
¡Qué alegría tenerte por aquí y recibir tu mensaje! Me hace muy feliz saber que te ha gustado la historia del ajo, ¡es un alimento fascinante con tanto que ofrecer!
El taller promete ser una experiencia muy especial, con recetas, remedios y un espacio para compartir juntas. Me encantaría que pudieras venir, sería un placer enorme disfrutar de una mañana en tu compañía y descubrir todo lo que este alimento medicina puede hacer por nosotras.
Te mando un abrazo enorme también, y gracias por tu cariño y apoyo. ¡Nos seguimos leyendo!
Con mucho cariño,
Virginia Quetglas
Ojalá pudiera ir, pero desgraciadamente no puedo ir a Mallorca todo lo que me gustaría, ¿y si organizamos un taller en Madrid? =P
Hola Cristina,
Se que no puedas venir a Mallorca tanto como a mi y a ti nos gustaría. Pero me encanta tu idea de organizar un taller en Madrid. Lo tendré en cuenta, y quién sabe, quizá pronto podamos hacerlo realidad.
Te mantendré informada si surge la oportunidad, ¡y espero que podamos coincidir pronto!
Un abrazo,
Virginia
¡Hola! ¡Qué ganas tenía ya de volver a leerte a través del blog! Aunque hablemos de alimentos tan comunes como el ajo cada año nos enseñas más y más cosas sobre ellos, eso tiene mucho valor y lo aprecio mucho.
Tengo muchas ganas de seguir leyéndote y miro de cuadrar para venir al taller, si es posible 😉
¡Hola Cristina!
¡Qué ilusión me hace leerte y saber que disfrutas del blog! Es un placer compartir contigo todo lo que se y lo que voy descubriendo, incluso sobre alimentos tan comunes como el ajo, que siempre nos sorprenden con sus múltiples propiedades.
Me encantaría verte en el taller, ojalá puedas cuadrar las fechas. ¡Sería genial coincidir, otra vez en persona! Mientras tanto, seguiré compartiendo más contenido en el blog, que espero que te siga siendo útil e interesante.
Un abrazo grande y gracias por tu apoyo,
Virginia
Una verdadera historia,
Como tu ya sabes tengo muchos animalitos. Pues mi querida Daniela (cabra) tuvo dos pequeñitos . Hembra y macho. A los tres días Daniela se puso malita , llame al veterinario y le dio un chute de antibióticos, diciendo que era mastitis. Y lo fue pero también tuvo una infección en el utero. Dos días más y no se ponía en pie ni podía sostener la cabeza. Volvió el veterinario y me dijo no hay nada que hacer déjala morir junto a sus pequeños. No me di por vencida. Le hice una mezcla de miel y ajo y cada tres horas con una jeringuilla le di en la boca junto con agua ya que ella ni comía ni bebía. Cuantas noches en vela junto a ella y los pequeños dando biberón. A los tres dis levantó cabeza y a los cinco se puse en pie. Con todo su debilidad daba a los pequeños de mamar por el lado bueno. En fin le salve con paciencia, la gracia De Dios y miel y ajo. Fui tan feliz…
¡Qué historia tan maravillosa, Michele!
Me emocionó mucho leer lo que has compartido. Ya sabía que tenías un don especial con los animales, pero lo que hiciste por Daniela es un verdadero acto de amor, perseverancia y fe. Me conmueve cómo la combinación de miel, ajo y, sobre todo, tu dedicación y paciencia lograron que se recuperara. ¡Qué alegría que después de todo, Daniela haya podido seguir cuidando de sus pequeños!
Estoy segura de que tus animalitos están en las mejores manos. Tu historia es una inspiración, y me alegra mucho que la hayas compartido conmigo y con las lectoras de mi blog.
Un abrazo grande,
Virginia
Muchas gracias! A mi también me emociono cuando pienso en ella. A veces no se de donde saco fuerzas.
Un abrazo con cariño