¿Deberías suplementarte?

En la consulta muchas veces me pedís mi opinión sobre los suplementos alimenticios y la verdad es que desde hace años para mí tomarlos se ha convertido en algo habitual, para complementar mi alimentación y asegurarme de que no existen carencias en ella.

Evidentemente que esto es una decisión personal y que es muy interesante realizarse analíticas para tener datos objetivos, así como consultar con un profesional sanitario si es necesario. Pero también es importante tener muy claro que no se trata de medicamentos.

Y por último, antes que tomarlos por tu cuenta, creo firmemente que debes solicitar asesoramiento ya que es imprescindible saber cuáles te convienen y cómo se administran para sacarles el máximo partido. Se trata de una inversión en tu salud. Si entramos en un establecimiento especializado como una herbodietética y compramos si ton ni son productos porque hemos leído de sus propiedades en revistas, hemos escuchado en televisión o nos lo ha contado algún amigo, es probable que en lugar de invertir nuestro dinero lo estemos simplemente malgastando e incluso podemos repercutir negativamente sobre nuestra salud.

Como naturópata los utilizo asiduamente no solo conmigo sino que se los recomiendo a muchos de mis clientes para ayudarles a recuperar el equilibrio perdido después de una mala alimentación, una crisis de estrés o otras situaciones mantenidas por largos periodos que hacen que nuestro organismo no esté disfrutando de una salud óptima.

Un suplemento alimenticio es un nutriente en una cantidad concentrada, por lo que recomiendo normalmente que sus tomas sean repartidas para favorecer su absorción y mantener al organismo con un suministro constante.

Pero como dice uno de los pilares de la medicina más pura, aquella que su padre Hipócrates enseñó, es más importante lo que retiramos antes de lo que introducimos. Y, ¿qué quiero decir con esto? Muchas veces cuando atiendo en la consulta indico una serie de alimentos a eliminar para conseguir desbloquear un órgano que está sufriendo, para mejorar el sistema inmune, o para rebajar una inflamación. Y cuando solo me limito a ello, la gran mayoría de mis clientes me preguntan si no tienen que tomar nada. Esto es algo que me preocupa porque creo que nos hemos acostumbrado a que la medicina alopática, la que practica nuestro actual sistema sanitario, que habitualmente nos atiende en unos pocos minutos en los que no se tienen en cuenta ni los antecedentes, ni el origen, ni los hábitos del paciente y donde lo que suele suceder es que el profesional se limita a aliviar los síntomas mediante el suministro de algún medicamento. Y lo peor es que hemos perdido de vista la realidad de que somos nosotros los que nos curamos, los que conseguimos superar una enfermedad y no un medicamento. Esto no quiere decir que no considere que las medicinas son un gran avance y toda una herramienta indispensable en algunos casos, pero creo que debemos recuperar la fe en las capacidades de nuestro organismo y dejar de necesitar imperiosamente, o para cualquier síntoma una cápsula que lo haga desaparecer ya que precisamente ese síntoma es una señal a la que prestando atención podemos convertir en nuestra mejor aliada para entender qué nos sucede y encontrar el remedio.

Esa solución que podría llegar sin necesidad de tomar medicamentos que quizá no ataquen al verdadero origen de nuestro problema y que además nos dejarán huella mediante los molestos y en algunas ocasiones graves, efectos secundarios. Lo dicho, recuperemos la fe en nuestra naturaleza y en la vix medicatrix o capacidad de recuperarnos o reequilibranos por nosotros solos mediante unos buenos hábitos que empiezan por retirar aquello que nos hace daño en lugar de tomar cualquier producto por muy beneficioso que sea. En un ejemplo práctico, si un cliente mío tiene problemas respiratorios, antes de recomendarle cualquier tipo de suplemento, alimento o hábito beneficioso para sus bronquios, lo primero que haría sería intentar eliminar el tabaco de su vida si se trata de un fumador activo e incluso de su alrededor si lo es pasivo.

Pero volviendo al uso de los suplementos, también es importante tener en cuenta que no deben sustituir a una alimentación correcta y a un estilo de vida saludable y por ello vuelvo a hacer hincapié en que si aún no tenemos estos implementados en nuestra vida, poco sentido tiene suplementarnos. Porque la mejor forma de asegurarnos una buena salud es manteniendo una excelente alimentación; variada, equilibrada, saludable y complementarla con el correcto descanso y ejercicio físico adecuado, estos sí que sin duda serán nuestros grandes aliados.

Ahora que he aclarado mi opinión sobre los suplementos alimenticios me gustaría recalcar que al ser concentrados de algún nutriente como vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos o ácidos grasos, entre otros, que provienen de fuentes muy variadas, aunque yo siempre recomiendo evitar los sintetizados en laboratorio, puesto que nuestro organismo responderá mejor a los naturales y obtenidos de la forma menos más respetuosa, debiéramos tener en cuenta que igual que los alimentos que es donde encontramos en menor concentración estos, tienen su forma de interactuar con otros alimentos o de reaccionar en nuestro organismo dependiendo del cómo y el cuándo.

Por ejemplo, debido a nuestras menstruaciones, en algunas mujeres excesivamente abundantes, somos muchas las que hemos tenido que acudir a los suplementos de Hierro. Y ya es sabido que para absorber mejor este mineral debemos realizar una ingesta de Vitamina C. De hecho muchos de ellos ya vienen así formulados. Pero si esto no es así, en muchos casos con tan sólo tomar el suplemento de Hierro con un vasito de zumo de nuestro cítrico favorito será suficiente. Así mismo como terapeuta en algunos casos puntuales creo recomendable complementar esta suplementación con otra de la propia vitamina para conseguir una excelente absorción y asimilación del mismo. Además en este caso en concreto deberíamos tener en cuenta todo lo contrario, y es que existen sustancias que podrían inhibirlas como la cafeína, que no solo se encuentra en el café, y que por lo tanto evitaremos durante el periodo adecuado.

Y de nuevo aprovecho para recordar que quizá es mejor, si tenemos deficiencia o dificultad para absorber el hierro, evitar la ingesta de cafeína cuando tomamos alimentos ricos en él y asegurarnos de que los tomamos y de buena calidad de forma asidua hasta recuperarnos. Quizá así, no sea necesario suplementarnos, pero esto es algo que es mejor valorar de forma personal y con la ayuda de un profesional.

Otros ejemplos podrían ser el Calcio que necesita de unos buenos niveles de Vitamina A y algunos minerales con el Magnesio para metabolizarlo correctamente, o los tan sensibles Omegas que en presencia de Vitamina E sufrirán de una menor oxidación.

Otros casos más interesantes son el de la Vitamina A en sí misma, que pondría en riesgo nuestra salud al ser muy nociva si nos excediéramos en su toma y que podríamos evitar si la complementamos con Vitaminas C y E, que además aumentarán su eficacia o el ya popular de las Vitaminas del grupo B que ya se sabe que actúan mejor en grupo. Por lo que si tomamos B12 para suplementar una dieta estrictamente vegana deberíamos hacerlo con un suplemento que contenga toda la familia.

También es interesante saber que los Aminoácidos deben tomarse en ayunas y esperar un par de horas antes de ingerir proteínas para que estos no interfieran con las mimas.

Los Probióticos, las Algas y las Fibras que tomaremos unos veinte minutos antes de comer y en el caso de las últimas, especialmente acompañadas de un gran vaso de agua, sobretodo si nuestro objetivo es bajar de peso.

Y por ejemplo, las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), acompañadas de alimentos grasos son mejor asimiladas y la Vitamina D, que tan preocupante es hoy en día en nuestro país por sus bajos niveles en nuestra población, y que deberíamos tomar siempre que también pongamos al descubierto un 75% de nuestra piel al sol durante un mínimo de 15 minutos al día para asegurar su correcta metabolización.

Para terminar, si vamos a tomar vitaminas, antioxidantes, enzimas o minerales (excepto dolomita), en general, lo excelente es hacerlo durante las comidas principales.

Y ahora que ya sabes cuál es mi opinión y las reglas básicas para el uso de los suplementos, te recuerdo que me tomo mucho tiempo en seleccionar los que puedes encontrar en mi «rincón» y que antes de comprar por comprar puedes pedirme una cita enviando un whatsapp al 687597903 o un mail a virginia@elrincondenana.es

El precio de la consulta es de 30€ la primera visita y 20€ las siguientes y si es debido a la falta o sospecha de falta de algún nutriente será imprescindible que previamente acudas a tu doctor para que solicite y revise una analítica de tu sangre y orina, si es preciso, y que nos confirme esta carencia y tu estado, así como cualquier detalle que sea de importancia.

Ya sabes que mi objetivo es que disfrutes de una salud óptima.

Virginia Quetglas
Fuentes:
www.nutergia.com
www.elgranero.com
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